Autoridad Pedagógica. Por ZELAYA, Luisina
¿Cómo ser autoridad pedagógica hoy?
Por: Luisina Zelaya Rodríguez
5 º año Ciencias Naturales 2009
 
Luego de la lectura del fragmento del libro “La autoridad pedagógica en cuestión” de María Beatriz Greco he llegado a la conclusión de que definitivamente, la autoridad hoy en día se encuentra en crisis, o desvalorizada, debido a factores comunes que hacen a la vida diaria de una sociedad. Debemos reorganizar nuestros ideales y mantener la autoridad frente a esta situación de crisis.
Se debe de reflexionar como ser una “autoridad pedagógica” ya que frente a la educación de hoy se necesita mantener firme un ideal de autoridad. El docente es la autoridad suficiente para trasmitir conocimiento y dicha autoridad implica el prestigio ganado por el docente en este caso frente a los alumnos. La autoridad se debe ejercer no solo exhibirse como persona que la representa.
Los profesores y maestros deberán saber adecuarse y comprender el contexto en el que viven, crecen y se desenvuelven sus alumnos, en particular cuando se trata de chicos que transitan la adolescencia donde por lo general se acrecientan los problemas, no tanto en el ámbito familiar sino también por el mundo que hoy en día los rodea. Los adolescentes se ven influenciado por los medios de comunicación, lo que hoy en día se les vende por la tele, el consumo de alcohol y sustancias toxicas para el organismo de las cuales a veces se ven rodeados de esos hábitos de consumo en sus propios hogares. Si los docentes no logran adaptarse a dichas situaciones, dependiendo el alumno, se crea una falta de comunicación mutua por la cual ninguna de las partes logra expresarse con libertad dando origen a desentendimientos, conflictos y rencores ya que cada generación de acuerdo con su estilo de vida y su entorno genera ideologías diferentes. Vivimos una época de profundos cambios: políticos, sociales y culturales que están produciendo transformaciones en la sociedad y en las culturas, en pleno proceso de despliegue desde hace por lo menos tres décadas.
En algunas situaciones, se presentan ocasiones donde se ejerce un abuso de poder por parte de los docentes, y en vez de generar un apoyo educativo y personal los empequeñecen o generan en ellos dudas y miedos, impidiéndoles un desarrollo pleno tanto en el salón como para con sus pares.
Resulta imposible que el docente pretenda posicionarse a la altura del alumno, mostrando actitudes similares a la de ellos o simplemente que por algún motivo se hayan generado rencores por los cuales luego, a la hora de expresarse, al alumno le cueste más o no se le permita progresar. Si mantiene dichas actitudes frente a la clase generará una perdida de autoridad lo cual no le permitirá, en algún momento, mantener el orden, generar el cumplimiento de normas, brindarles a todos dichas posibilidades de aprendizaje sin diferencias, discriminaciones o favoritismos, siendo que no puede enseñar valores si él mismo no los aplica.
El docente debe ganarse el respeto de sus alumnos, no porque el docente sea duro hay que respetarlos, el respeto por miedo no vale, éste es la autoridad dentro del aula y si está allí es para ser escuchado, pero también debe saber escuchar permitiendo crecer a sus alumnos y crecer el mismo tanto personal como profesionalmente, ya que a lo largo de su desempeño lo ayudará en la practica.
 Foucault (filósofo e historiador francés) retomó a Kant diciendo que la autoridad se encontraba del lado de la razón misma y dominio en el avance del camino desmedido. Un maestro era aquel que ayudaba, apoyaba y acompañaba al alumno en su trayectoria hacia el conocimiento haciendo de éste una persona que aprende y desea aprender. En estos tiempos, la razón no ha logrado ese progreso desmedido, ilimitado, por lo cual se ve cuestionada ya que la autoridad termina sin desplazarse hacia ninguna dirección sino que posee conflictos para ser representada.
Castoriadis (filósofo y psicoanalista francés) afirma que convivimos en períodos de in-significancia, de desamparo, aislamiento o desánimo, por ausencia de consideraciones que nos impiden un mejor mundo donde vivir.
Y a mi parecer, ambos filósofos están en lo cierto dado que hoy en día no se puede convivir en serenidad con el prójimo dado que por algún motivo u otro se generan malentendidos o choques de ideologías, es por esto que los docentes, siendo nuestra autoridad educativa, deben comprendernos, guiarnos y enseñarnos a preocuparse por el mundo en el que convivimos y que lo que realicemos por éste no es solo para mi bien sino para el de todos, y éstos es un signo de madurez por parte no solo de nosotros sino de todos por saber comprender que lo mejor es el bien común.
Cuando un maestro o profesor nos proporciona este saber junto con valores de los cuales podemos llevar a la práctica día a día, genera en un alumno, esas ganas de seguir adelante manteniendo en claro que su docente, su autoridad pedagógica, le ha influido de buena manera para ser alguien de bien en el día de mañana.
Y ya como conclusión, para que un estudiante logre reconocer al docente como autoridad pedagógica apto para transferir conocimiento, hay que promover muchos cambios en la organización del trabajo, en la organización escolar y en el vínculo de la escuela con el alumnado y con el contexto social y cultural en el que está inserta.
 
Decálogo de principios que debe poseer una autoridad pedagógica
 
1. Buscar un beneficio para el alumno, hacerlo crecer, comprenderlo, escucharlo y ayudarlo.
 
2. Tiene que ser una persona firme, y perseverante frente a cualquier situación de obstáculo que se le presente a él y a sus alumnos.
 
3. No posicionar al alumno en un lugar de inferioridad, saber valorarlo, reconocerlo y animarlo al trabajo diario para el saber.
 
4. Debe lograr considerarse uno más dentro del grupo de trabajo, logrando, al mismo tiempo establecer claramente los límites docente-alumno.
 
5. Debe mantenerse atento frente a las situaciones donde pueda brindarle un apoyo al alumno.
 
6. Debe el respeto por ser autoridad y no porque genere miedo en ellos o algún otro sentimiento similar.
 
7. Debe poseer carisma y estar bien predispuesto frente a cualquier situación, manteniendo siempre informado sobre lo que pasa día a día, las nuevas generaciones y de lo que vendrá, mostrándose con confianza en sí mismo.
 
8. Mantenerse siempre con ideas o metodologías que generen entusiasmo o ganas de saber en el estudiante.
 
9. Debe poseer un verdadero sentimiento de vocación hacia su carrera, verdaderas ganas de ejercer su trabajo.
 
10. Una autoridad que se preocupe por el estudiante, que comprenda sus dificultades para que este pueda lograr el objetivo de educarse.
 
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