Autoridad Pedagógica. Por ALVAREZ, Ladislao
¿Cómo ser autoridad pedagógica hoy?
Por Ladislao Alvarez, 5º Naturales 2009.
 
Estamos viviendo en un presente en el que el significado de “autoridad” esta sufriendo una desvalorización. Esto se puede apreciar en las aulas, los alumnos no se interesan en el aprender. El profesor no puede lograr que el interés hacia la respectiva materia surja en su alumno.
Greco demarca que la autoridad hoy esta en crisis debido a factores culturales, económicos, sociales y políticos. Sin duda el concepto de autoridad en el que se apoyan los profesores no se puede aplicar en esta actualidad. El mundo sufrió varios cambios en el último siglo, esto generó, además, un cambio en los pensamientos y en la forma de ser de las personas, sobretodo en los jóvenes, estudiantes. Pero no hay que estancarse en el charco y quejarse, sino que se debe comenzar a pensar nuevamente en este concepto, para que sea compatible y ayude en esta nueva generación.
Para comenzar en este nuevo desafío debemos interesarnos en saber de dónde proviene esta crisis de autoridad. Foucault (filósofo e historiador francés) retoma a Kant (filósofo alemán) para decir que en la modernidad hubo un quiebre respecto a la autoridad externa, la consigna del sujeto moderno era “no obedecerse más que a sí mismo”. La autoridad entonces estaba del lado de la razón, el maestro era aquel que “hacía nacer en el niño al alumno”.
Para el filósofo y psicoanalista francés Castoriadis estamos viviendo en tiempos de in-significancia, de desamparo, por ausencia de significaciones que nos otorguen un mejor vivir juntos. Otro filósofo, Stiegler, afirma que estamos en un momento histórico donde no podemos conformarnos como un “nosotros”. A su vez se habla también de la “guerra de todos contra todos”, en la que solo nos valemos por nosotros mismos y desconfiamos de los demás, haciendo que cada persona se vuelva su mundo y no abra su mente hacia los pensamientos de los otros que lo rodean. Esto habilita a ciertas transgresiones, “es posible hacer desaparecer a los otros”. Según el filósofo francés Castel, antes, en un mundo premoderno el sometimiento a la autoridad estaba dado, porque esta, aseguraba una protección y por ello uno era obediente. Era confiable precisar de los otros, no suponía ningún riesgo y era meritoso.
También debemos saber que la autoridad es algo que se debe ganar con esfuerzo. Uno es autoridad cuando es mirado por otros como tal. Uno de las confusiones que generó esta crisis del concepto es que hay quienes piensan que la autoridad trata de ejercer violencia o intervenir por la fuerza. Estos conceptos fallidos son los que llevan al alumno a no confiar en la persona que esta a cargo de enseñarle.
La autoridad pedagógica trata de un docente que se implica con el alumno y su aprendizaje, que no lo deja solo, que lo sostiene para que no desista.
En el texto Greco propone una autoridad pedagógica ligada a:
La transmisión del saber, de un pasado, desde el docente hacia el alumno.
Una confianza establecida entre el alumno y el docente, que permita abrir las puertas hacia un mundo desconocido para el alumno en el que descubra conocimientos nuevos que permitan construirlo como persona.
La igualdad y la ignorancia que el docente debe crear para entender al alumno en sus problemas y dificultades, así buscar el camino correcto hacia el entendimiento.
El maestro debe “hacer nacer en el niño al alumno”. Debe lograr que cada alumno sin dejar su esencia, abra su mente para permitir encontrar, junto con el docente, un saber que lo acompañará durante toda su vida.
En síntesis, una “autoridad pedagógica” es aquella que no deja que su alumno se enfrasque dentro de sí mismo, sino que se permita aprender, que se permita crecer.
 
DECÁLOGO
 
A continuación se presenta un decálogo en el cual se especifican los principios que el docente debe tener en cuenta para poder ser autoridad pedagógica hoy:
 
1º  Un docente que busque que sus alumnos no se sientan inferiores, que descubran el poder de su pensamiento, que no se menosprecien.
 
 Una autoridad que se preocupe por el alumno, que entienda sus dificultades para que este pueda lograr el objetivo de aprender.
 
 Una autoridad que busque a toda costa la forma de motivar al alumno a realizar el ejercicio de hallar el conocimiento.
 
 Una autoridad que se haga responsable de su alumno y su aprendizaje.
 
 Una autoridad que considere al alumno como una persona que se encuentra en el proceso de formación, y no como una cosa material.
 
 Una autoridad que en ningún momento demuestre signos de violencia contra el alumno, así este último no va a cambiar su concepto sobre la autoridad.
 
 Una autoridad que entienda a sus alumnos más allá del entorno escolar, que se profundice en el ámbito extraescolar para descubrir las barreras que le impiden avanzar, y tratar de encontrar la manera para poder lograr que el alumno las rompa.
 
 Una autoridad que deje los problemas de su vida personal afuera de su área de trabajo, de esta manera no va a descargar sus conflictos sobre el alumno.
 
 Una autoridad que fomente el trabajo intelectual del alumno en cada momento, que lo haga pensar en vez de transmitirles las respuestas que él mismo debería encontrar.
 
10º Una autoridad que no considere al alumno como alguien inferior, sino que logre demostrar al alumno de lo que es capaz cada persona, que el alumno tome como ejemplo ala autoridad.
 
 
 
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