Autoridad Pedagógica. Por DE PETRE, Rocío
¿Cómo ser autoridad pedagógica hoy?
Por Rocío S. De Petre 5º NAT. 2009
 
Según mi interpretación a partir de la lectura del texto, comparto con la autora el hecho que hoy en día la autoridad pedagógica se encuentra en crisis, debido a la intervención de distintos factores culturales, económicos, sociales y políticos. Frente a esta crisis debemos actuar construyendo una nueva idea de pensar y sostener la autoridad pedagógica ya que no se puede educar sin autoridad.
También tenemos que ponernos a pensar en esta autoridad como una forma de educar, que implica una noción de autoridad, manejar técnicas didácticas adecuadas a las edades, tener información sobre el contexto en el que vive el educando y de la marcha de enseñanza-aprendizaje.
Como una autoridad institucional como nos dice “Greco”, que se refiere a un trabajo en equipo, debido a que en la actualidad a veces no se logra esto y es uno de los factores que nos lleva a esta crisis; como cuando anunciamos que la autoridad es de la razón misma de uno, ya que hoy esta autoridad no se desplaza hacia ningún lado.
Desde mi punto de vista comparto el pensamiento de Stiegler que menciona una época signada por el “sufrimiento narcisista del nosotros” que hace referencia a la individualidad de cada uno y no a un nosotros y como decía el filósofo Agamben que “la autoridad reside en el relato y la palabra”, en la experiencia de aquel que trasmite.
Lo cual tiene que ver con la autoridad que se comunica de generación en generación.
La autoridad pedagógica se reconoce en base a otros conceptos según Greco, e implica un reconocimiento y es ella la que hace que alguien sea autoridad y esta es reconocida como renunciar a ella por uno mismo. Ella vale entonces porque hace nacer y crecer.
Hoy la autoridad pedagógica podemos pensarla desde distintos puntos de vista, como dice Greco, ligada a la transmisión, como una enseñanza que el docente promueve en un recorrido propio de cada alumno; a la confianza que da oportunidades al alumno y de la cual él es responsable y que genera una relación mas intima entre ambos.
 No se trata de poner en el mismo escalón al docente y al alumno, de igualarlos, sino que el docente al haber adquirido los conocimientos previos para poder enseñar los despliega a los alumnos para que ellos puedan marcar su propio camino.   Un maestro se considera tal cuando considera que todas las inteligencias de sus alumnos son iguales para desplegar y arrancar de los mismos una enseñanza que anime al trabajo. No aplastando sino que promoviendo las mismas, de ahí cabe recordar el famoso dicho “el alumno hace al maestro”.
Donde la autoridad permite el despliegue de las posibilidades de todos y cada uno, que acompañe, movilice y sostenga, es decir, que se “haga cargo” y que hace que el alumno genere y potencie un auto control (confianza en uno mismo).
Todos estos aspectos nos llevan a dar como finalidad una buena autoridad didáctica en cada docente que puede o no ser ejercida por ellos, por que en la actualidad algunos docentes no la tienen.
Gracias a esta autoridad pedagógica que es tomada por algunos docentes, podemos decir que son capaces de tener un acompañamiento constante para el alumno, dando lugar a sus opiniones generando espacios para este hecho, pero siempre cada uno desde su rol con un respeto recíproco por cada una de las partes.
También el docente en algunos casos presta su confianza al alumno acortando esa distancia que existe entre ambos, dando lugar a la charla entre ellos.
A su vez el docente que tiene autoridad pedagógica genera en el alumno una inteligencia mucho más que memorizar o repetir frases de un contenido, sino de lograr la interpretación en el alumno de ese contenido.
 Esta es importante para producir una acción transformadora de la información recibida por el alumno. Si no existe esta autoridad, la información queda sólo en “información”. El lograr una buena comunicación pedagógica es esencial en el proceso de formación del educando, por lo que hoy podemos ver que a veces nos se cumple y por eso el docente no llega a tener una buena autoridad pedagógica, ya que en algunos caso el maestro solo se enfoca en enseñar los contenidos y no se da cuente que lo hace referido a una persona que también tiene sus opiniones que las puede manifestar a través del diálogo.
 “La autoridad pedagógica tiene por efecto, el asegurar el valor social de la acción pedagógica independientemente del valor interior” de la instancia que la ejerce y de cualquiera que sea el grado de calificación técnica o carismática del educador”.
DECÁLOGO
A continuación serán nombrados los diez principios que el docente debe tener en cuente para ser autoridad pedagógica hoy:
1.      No abusar de su poder como autoridad
2.      Escuchar a el alumno
3.      Crear espacios con libertad de expresión
4.      Hacerse respetar
5.      Respetar
6.      Ser didáctico en sus explicaciones
7.      Controlar lo paralingüistico
8.      No discriminar a los alumnos
9.      Igualdad entre el alumnado
10. Que manifieste empatía
 
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