Pensando en un modo de ser Iglesia y cristiano diferente. Por Yoana Paiz 3° EGO 2009   Iglesia somos todos los bautizados no solo los sacerdotes como mucho piensan sino también los laicos, es decir nosotros. Debemos con nuestro ejemplo, vivenciar el evangelio. Pero no solo en el ámbito religioso, en el templo, sino en el mundo entero; debemos vivir como laicos comprometidos, comenzando por nuestro primer ambiente al que le llamamos la familia, nuestra familia. Iglesia somos todas aquellas personas que hablamos de la iglesia que no la criticamos por sus cosas, por cada acción, sino que la hacemos presente dentro de nosotros, parta darla a conocer, y cuando vemos que algo no esta bien dentro de ello, intentemos cambiarlo o digamos que es lo que esta errando para que así todos juntos lo cambiemos y formemos una iglesia mejor, a la que le llamemos nuestra iglesia. Muchos dicen que la iglesia de hoy exige una lucha, una participación consistente, yo creo que la iglesia no nos debería obligar a hacer ciertas cosas que muchas veces no queremos hacer ya sea porque nos sentimos incómodos o por la simple razón de no querer. Estoy de acuerdo con que debemos ser todos iguales, dejando de lado que no todos somos de la misma religión pero debemos tener en cuenta que todos somos cristianos y que se supone que todos debemos creer en lo mismo. Debemos no solo leer el evangelio, sino hacerlo vida, lo principal es educar en nuestra casa, a nuestra propia familia, con los más pequeños detalles, como por ejemplo haciendo bendición por la comida de cada día, el agradecimiento de cada mañana. Enseñando sobre Dios, enseñado sobre sus valores. La fe es un don, un regalo de Dios, no debemos guardarlo para nosotros mismo, sino que debemos sacarlo a la luz, darlo a conocer y compartirlo con nuestros amigos, vecinos, familiares, porque como tales creyentes que somos, lo debemos ser en todo momento, en nuestra casa, en la iglesia o templo, en la calle, en el trabajo, en síntesis en todos lados, pero siempre y cuando sin criticar las creencias de la fe, el que toma con máxima seriedad las palabras que cristo nos ha dejado, las comparte con la alegría de creer. Un cristiano debe vivir como hijo de Dios, porque nosotros al ser bautizados de Jesucristo, nos hace a través del bautismo hijos de su Padre, para que nosotros llevemos el mensaje de la esperanza. Nos ha llamado a ser iglesia hoy. Nuestra fe debe de imponerse, porque esta no puede ser transmitida por medio de razonamientos ni mediante obras sino que debe transmitirse contagiando la alegría de ser hijos, dignos hijos de Dios, de sentirnos también de esta manera. La alegría que sentimos por ser amados por Dios, pero no olvidándolo, y recordarlo solo cuando más lo necesitamos y debemos pedirle ayuda. Sino en cada momento del día. En este momento tenemos que sentirnos impulsados de proponerla a los demás con alegría. No podemos obligar a una persona que tenga fe, que crea en Cristo y que lo ame, pero podemos tratar de que cada persona, cada uno conozca a Cristo primero, para luego poder amarlo, pero para ello debemos conocerlo y testimoniar nuestro amor hacia el. Pueden ser innumerables los acontecimientos que tenemos a diario para hablar de Dios, para tener ganas de hablar de Dios y así dar a conocer su mensaje tanto en nuestras familias como en nuestros barrios, pero a muchas personas hoy en día no les interesa Dios, sino que posan su atención en otras cosas demasiado alejadas de el, que muchas veces el hombre de hoy se dice a si mismo, que exista Dios o no, no es mi problema. Pero cuando mas lo necesitamos, cuando estamos solo y necesitamos ayuda pensamos en el, en el ser que dejamos de lado mientras estaba todo bien pero cuando todo se destruye en nuestro mundo solicitamos su ayuda y pedimos a el por ello. Nuestra casa debe ser el primer espacio en el cual nos formemos sobre Dios, que lo conozcamos, el hogar debe mostrar a sus hijos es decir a nosotros la mejor imagen de Dios. Se dice que hablar de el no es fácil hoy en día pero podríamos comprenderlo mejor si cada persona pusiera un poco de su parte para darlo a conocer ante el mundo, hablando de el, incentivándonos a ir a misa por lo menos una vez al mes, para poder escuchar la palabra de Dios y comentarlo en nuestras casas. La iglesia con nuestra ayuda, con la ayuda de los mas grandes podrían llegar a lograr que haya mas creyentes y que se predique la fe, para que hablemos de Dios y que nos interese más sobre el, no solo comunicándonos cuando mas lo necesitamos sino haciéndolo presente, y agradeciéndole por cada cosa que nos da día a día, cuidándonos que nada malo nos pase. Aunque sabemos que no es una tarea fácil contamos con el apoyo del Espíritu Santo.